ROMEVA, EL INGENuo

Siempre es positivo ner que existen personas que a los 43 ó 44 sean tan idealistas e ingenuos.
Buscarle las vueltas a las declaraciones del sr. Romeva sería de lo más fácil.
Por simplificar se me ocurren cuatro detalles:
1. Declara "la diversidad del independentismo es una riqueza". Pues sí, sr. Romeva la diversidad es una riqueza, pero toda la diversidad, ¿no? ¿O los no independentistas (que parecen muchos y puede que hasta más, ya lo veremos) no representan también diversidad? Sr. Romeva, por favor, reconozca que las políticas de los gobiernos nacionalistas han seguido una linea de uniformizar (antónimo de diversidad) la sociedad catalana. Le diría más, la finalidad de la inmersión lingüística no es tanto cultural como política. ¿O acaso, sr. Romeva, cuando consigan que el catalán sea mayoritario van a promover la inmersión al español?
2. Plantea el sr. Romeva que el Gobierno Central a través del Constitucional ha echado abajo muchas leyes de carácter social. Puede que sí sr. Romeva, pero si ustedes pretenden pertenecer a la UE si no lo hace Rajoy lo hará Merkel. A no ser que se marchen del planeta, cosa que ya ni me extrañaría.
3. Sr. Romeva sobre el reconocimiento internacional mire el mapa y vea donde tiene EE.UU. sus bases militares. Espero que no tenga que decirla nada más.
4. Ustedes creen que su permanencia o regreso a la UE sería fácil. Sr. Romeva no compare 40 millones con 7 (sin menospreciar que sean menos, por supuesto). Pregúntese  quien se quedaría dentro y quien se iría fuera. Como ya habrá averiguado la respuesta sabrá que para volver a ingresar necesitarían que todos los países ratificaran su entrada (hasta lo que quedara de España, aunque le extrañe). Y entonces, cuando los españoles vieren reducidas, por ejemplo, sus pensiones, ¿cree usted que votaríamos a opciones que se lo pusieran fácil? Sr. Romeva, usted tiene una edad y aunque fuera pequeño entonces podrá recordar las condiciones que impuso Francia a España para su ingreso en la entonces CEE. Pues bien, sabrán que no serían ustedes precisamente quienes impusieran sus particulares y (sin duda) beneficiosas condiciones para Cataluña que cuentan a su electorado. Y quizá entonces Francia fuera hasta generosa en los 80.
Sr. Romeva, me repito, lo que más me gusta de usted (y casi lo único) es que pasados los 40 se pueda seguir siendo tan idealista e ingenuo. Quizá el día de las elecciones aterricen  desde su mundo imaginario o quizá nos conduzcan a TODOS  a un verdadero desastre económico. En sus manos está. Aunque me temo que en último término los reaccionarios del país cortarán por lo sano y eso me preocupa aún más.