EL COMUNISTA RAJOY
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EL COMUNISTA RAJOY
Ufano que está Rajoy con los resultados de la última EPA. Ciertamente habida cuenta de los años de crisis que llevamos siempre es positivo un descenso del desempleo tan significativo como el obtenido en el último trimestre. 195.200 parados que dejaron de serlo y un incremento neto del número de trabajadores de 151.000 personas. Visto así justificarían cierta euforia oficial. Pero estos datos tienen también sus sombras. Sombras que la propaganda oficial no tiene tanto interés en destacar.
Por una parte la población activa sigue disminuyendo, 44.200 personas en este último trimestre (desde la llegada al poder de tan venturoso gobierno ha descendido en más de medio millón de personas). Evidentemente muchos inmigrantes han abandonado nuestro país, muchos españoles han emigrado y otros muchos ya no tienen esperanza de conseguir empleo y han desistido.
Otro dato a destacar es que si bien el número de empleados es superior, el número de horas trabajadas efectivamente, disminuyó respecto al anterior trimestre en un 8,5% (49,5 millones de horas). Evidentemente en el tercer trimestre están los meses de vacaciones por excelencia, julio y agosto, lo que podría explicarlo, aunque también es cierto que el turismo es la principal industria del país. Lo que es verdad es que la actividad laboral no parece que se esté incrementando significativamente . Estamos en una situación en que aumentan el número de empleados pero no así el tiempo efectivo de trabajo, lo que lleva a pensar que en ocasiones lo que era un trabajo a tiempo completo se ha convertido en dos o tres trabajos temporales. Esto produce una disminución del número de parados, pero sin un claro aumento de ocupación real.
En cualquier caso el porcentaje de desempleo se sitúa en el 23,67%, pero también hay que tener en cuenta que el subempleo (entendiéndolo como aquellas personas que desearían trabajar a tiempo completo y se ven obligadas a hacerlo a tiempo parcial) es superior al 55% por detrás solo de Grecia en la UE. Supone más de un 8,5% de la población activa. Por tanto entre desempleados y subempleados suponen la tercera parte de la población activa en España. Cierto es que España es uno de los países de la UE con mayor porcentaje de economía sumergida (hay quien la sitúa en un 24,6% del PIB), lo que permite paliar la situación. Pero también es verdad que siempre lo ha sido y ello hacía que nuestro país asumiese las tasas de paro más elevadas de la UE. La economía sumergida permitía absorber nuestras elevadas tasas de desempleo cuando teníamos dos o tres millones de parados. En la situación actual con cerca de 5,5 millones de parados no alcanza, lo que provoca que las tasas de pobreza se disparen (uno de cada tres menores en España están en situación de pobreza). España es el tercer país de la UE con más trabajadores pobres (12,3%), lo que indica que un trabajo ya no garantiza una vida digna.
Parece como si Rajoy intentara solucionar el problema del paro siguiendo la política de reparto del trabajo propuesta por IU. No lo ha hecho reduciendo directamente la jornada laboral, sino estableciendo las condiciones de política laboral que conducen a ello. Eso sí, aumentar nuestra competitividad reduciendo los costes laborales no sé si lo aceptaría la izquierda. De todas formas en este mundo nuestro del pensamiento único parece que lo mismo que al PSOE se le acusó de seguir políticas de derecha, los populares tampoco hacen ascos a las propuestas de la izquierda.
Queda un año para las próximas generales y el tiempo corre. Por mucho que se puedan criticar los gobiernos socialistas, sus políticas sociales (como el incremento de las ayudas al estudio) fueron causa de que se constituyera una clase media más preparada y proclive a votar a la derecha. Las políticas de Rajoy, tanto laborales como educativas (dificultando el derecho a acceder a las becas), están empobreciendo las clases medias, base electoral popular. Parece que el nivel de nuestros políticos es tal que tanto los unos como los otros gobiernan para socavar sus bases electorales. Se tiran piedras contra su propio tejado.
No parece que haya propuestas para modificar nuestro sistema productivo. Ya Aznar apostó por el ladrillo, Zapatero se dejó llevar por los vientos favorables hasta que nos llevó al desastre y a Rajoy tampoco se le ven ideas.
Si en vez de apostar exclusivamente, como se hizo, por el ladrillo y el turismo se hubiera invertido en I+D, quizá en vez de haber estado dispuestos a bajarnos los pantalones ante un mafioso como Adelson para que montara un puticlub, hubiéramos podido optar a una sucursal de Silicon Valley u otro tipo de inversiones tecnológicas de mayor valor añadido y mejores salarios; sin que ello hubiera tenido que significar renunciar a ningún otro sector productivo. Pero somos tan inteligentes que formamos a nuestros jóvenes con nuestros impuestos para que se aprovechen de ello otros países de nuestro entorno.
Por una parte la población activa sigue disminuyendo, 44.200 personas en este último trimestre (desde la llegada al poder de tan venturoso gobierno ha descendido en más de medio millón de personas). Evidentemente muchos inmigrantes han abandonado nuestro país, muchos españoles han emigrado y otros muchos ya no tienen esperanza de conseguir empleo y han desistido.
Otro dato a destacar es que si bien el número de empleados es superior, el número de horas trabajadas efectivamente, disminuyó respecto al anterior trimestre en un 8,5% (49,5 millones de horas). Evidentemente en el tercer trimestre están los meses de vacaciones por excelencia, julio y agosto, lo que podría explicarlo, aunque también es cierto que el turismo es la principal industria del país. Lo que es verdad es que la actividad laboral no parece que se esté incrementando significativamente . Estamos en una situación en que aumentan el número de empleados pero no así el tiempo efectivo de trabajo, lo que lleva a pensar que en ocasiones lo que era un trabajo a tiempo completo se ha convertido en dos o tres trabajos temporales. Esto produce una disminución del número de parados, pero sin un claro aumento de ocupación real.
En cualquier caso el porcentaje de desempleo se sitúa en el 23,67%, pero también hay que tener en cuenta que el subempleo (entendiéndolo como aquellas personas que desearían trabajar a tiempo completo y se ven obligadas a hacerlo a tiempo parcial) es superior al 55% por detrás solo de Grecia en la UE. Supone más de un 8,5% de la población activa. Por tanto entre desempleados y subempleados suponen la tercera parte de la población activa en España. Cierto es que España es uno de los países de la UE con mayor porcentaje de economía sumergida (hay quien la sitúa en un 24,6% del PIB), lo que permite paliar la situación. Pero también es verdad que siempre lo ha sido y ello hacía que nuestro país asumiese las tasas de paro más elevadas de la UE. La economía sumergida permitía absorber nuestras elevadas tasas de desempleo cuando teníamos dos o tres millones de parados. En la situación actual con cerca de 5,5 millones de parados no alcanza, lo que provoca que las tasas de pobreza se disparen (uno de cada tres menores en España están en situación de pobreza). España es el tercer país de la UE con más trabajadores pobres (12,3%), lo que indica que un trabajo ya no garantiza una vida digna.
Parece como si Rajoy intentara solucionar el problema del paro siguiendo la política de reparto del trabajo propuesta por IU. No lo ha hecho reduciendo directamente la jornada laboral, sino estableciendo las condiciones de política laboral que conducen a ello. Eso sí, aumentar nuestra competitividad reduciendo los costes laborales no sé si lo aceptaría la izquierda. De todas formas en este mundo nuestro del pensamiento único parece que lo mismo que al PSOE se le acusó de seguir políticas de derecha, los populares tampoco hacen ascos a las propuestas de la izquierda.
Queda un año para las próximas generales y el tiempo corre. Por mucho que se puedan criticar los gobiernos socialistas, sus políticas sociales (como el incremento de las ayudas al estudio) fueron causa de que se constituyera una clase media más preparada y proclive a votar a la derecha. Las políticas de Rajoy, tanto laborales como educativas (dificultando el derecho a acceder a las becas), están empobreciendo las clases medias, base electoral popular. Parece que el nivel de nuestros políticos es tal que tanto los unos como los otros gobiernan para socavar sus bases electorales. Se tiran piedras contra su propio tejado.
No parece que haya propuestas para modificar nuestro sistema productivo. Ya Aznar apostó por el ladrillo, Zapatero se dejó llevar por los vientos favorables hasta que nos llevó al desastre y a Rajoy tampoco se le ven ideas.
Si en vez de apostar exclusivamente, como se hizo, por el ladrillo y el turismo se hubiera invertido en I+D, quizá en vez de haber estado dispuestos a bajarnos los pantalones ante un mafioso como Adelson para que montara un puticlub, hubiéramos podido optar a una sucursal de Silicon Valley u otro tipo de inversiones tecnológicas de mayor valor añadido y mejores salarios; sin que ello hubiera tenido que significar renunciar a ningún otro sector productivo. Pero somos tan inteligentes que formamos a nuestros jóvenes con nuestros impuestos para que se aprovechen de ello otros países de nuestro entorno.
Fermín- BUXO
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